Las cuevas han sido el hogar más utilizado por los seres humanos durante miles de años. La seguridad y el aislamiento que las comunidades prehistóricas encontraron en estos primitivos hogares naturales serían más tarde utilizadas por culturas modernas como lo es en el caso de España.
En las faldas de las montañas de Sierra Nevada del sur de España se encuentra la ciudad de Granada, donde vive una comunidad entera en cuevas en el cerro Sacromonte, ó "montaña sagrada". Las cuevas sirvieron primero como refugio de las tormentas y los animales salvajes. Más tarde, tras la conquista de Granada por los reyes católicos en 1492, se ordenó a las comunidades musulmana y judía de la zona que se convirtieran al cristianismo o se enfrentaran a la expulsión. En su lugar, estos residentes se trasladaron a las cuevas de la colina del Sacromonte junto con la comunidad gitana nómada. Debido a que la zona se consideraba una frontera marginal, la población estaba a salvo del control administrativo y del orden eclesiástico. La mayoría de las familias musulmanas, judías y gitanas escaparon a Guadix y a los pueblos cercanos, convirtiendo sus casas cueva en una forma de protección y supervivencia. Hoy en día, las cuevas son el hogar de una comunidad única y orgullosa que prefiere la soledad pacífica de las montañas, a la vida moderna y caótica de la ciudad.
Hoy en día, el cerro Sacromonte está dividido en dos. La parte más alta y escarpada del cerro está ocupada por ocupantes ilegales, que viven en una especie de tierra de nadie creada por vacíos legales. Esto facilita que la gente ocupe las cuevas ilegalmente. Por otro lado, en la parte baja del cerro viven muchos gitanos, sobre todo aquéllos con raíces más profundas y lazos familiares bien anclados, que regresaron poco a poco a recuperar sus hogares ancestrales. El tradicional baile Español “Flamenco” nació precisamente en las cuevas de Sacromonte hace más de 500 años y hasta el día de hoy estas familias gitanas se aferran a sus raíces y sus tradicionales cuevas con más fuerza que nunca, imprimiendo el sello de su cultura inconfundible en uno de los barrios más tradicionales de Granada.
Guadix y sus pueblos vecinos, también habitados por comunidades subterráneas, se desenvuelven en una manera de vida más tradicional, donde todos lo habitantes poseen el permiso legal para habitar sus cuevas y un ambiente tranquilo y casi fantasmal ronda las impresionantes formaciones geográficas de la zona. Hoy, Guadix es considerada como la "Capital Europea de las Cuevas" por sus aproximadamente 2000 viviendas subterráneas repartidas en una superficie de 200 hectáreas de terreno, la mayoría de ellas continúan hasta el día de hoy habitadas por unos 4500 ciudadanos.